Educación integral: Hoy en día, un modelo pedagógico dialogante debe reconocer las diversas dimensiones humanas y la obligatoriedad que tenemos escuelas y docentes de desarrollar cada una de ellas. Como educadores, somos responsables frente a la dimensión cognitiva de nuestros estudiantes; pero así mismo, tenemos iguales responsabilidades en la formación de un individuo ético que se indigne ante los atropellos, se sensibilice socialmente y se sienta responsable de su proyecto de vida individual y social. No se trata simplemente de transmitir conocimientos, como supuso equivocadamente la Escuela Tradicional, sino de formar individuos más inteligentes a nivel cognitivo, afectivo y práxico. No se trata –por bonitas que suenen las palabras– de hacer sentir feliz al niño y al joven; se trata de formarlo con toda la felicidad, esfuerzo, cuidado, responsabilidad, diálogo y trabajo que ello demanda. La función de la escuela es favorecer e impulsar el desarrollo y no debería seguir centrada en el aprendizaje, como creyeron equivocadamente los enfoques en “tercera persona”. Y este desarrollo tiene que ver con las diversas dimensiones humanas. La primera dimensión está ligada con el pensamiento, la segunda con el afecto, la sociabilidad y los sentimientos; y la última, con la praxis y la acción, en función del “sujeto que siente, actúa y piensa” como decía Wallon (1987). En un lenguaje cotidiano, diríamos que el ser humano piensa, ama y actúa; y que es obligación de la escuela enseñarnos a pensar mejor, amar mejor y actuar mejor. (De Zubiría. 2011. P.8)
Educación personalizada: En el Gimnasio El Portillo creemos que si vamos a acompañar a cada estudiante que recibimos a desplegar su potencial y desarrollarse, entonces cada uno merece que lo conozcamos muy bien en todos sus ámbitos de desempeño. De ahí que esta institución busque marcar la diferencia y convertirse en una alternativa pedagógica para todas aquellas familias que quieran sentir que su hijo/a es valorado y tratado como la persona única e irrepetible que Dios creó. Es un reto bastante exigente porque precisa validar la heterogeneidad permanentemente y demanda una mayor selección de recursos y una metodología mucho más variada, que responda a los diversos estilos de aprendizaje e interacción que conviven dentro del aula de clase.
El seguimiento y acompañamiento individual permanente que hacemos con cada niño garantiza la verificación constante de su desarrollo integral simultáneo y el desarrollo de sus máximos potenciales y habilidades de acuerdo con sus características personales. En el Gimnasio El Portillo cada estudiante es valorado y reconocido por lo que es.