El agua tiene una piel En el experimento pasado seguramente notaste que la superficie del agua parece tener una membrana elástica que envuelve el líquido. Los científicos la llaman tensión superficial y es como una bolsa que amarra las moléculas para formar gotas de agua. Seguramente has notado que para que caiga una gota del gotero debe tener cierto tamaño y es muy difícil dejar caer media gota o gota y media de agua. Seguramente sabes que muchos insectos de patas largas pueden caminar sobre esta piel de agua sin romperla ni mojarse. ¿Cuánto peso puede resistir esa piel del agua? ¿Podrá resistir un objeto de hierro como una aguja sin romperse? La respuesta es sí, pero tenemos que colocarla con mucho cuidado para que flote. Es un vaso o en un platito con agua vamos a hacer flotar una aguja. Para ello cortamos un rectángulo de papel como el de servilleta o de toalla de cocina. El papel de filtro es excelente, del tamaño de una tarjeta de presentación más o menos. Colocamos el papel sobre el agua y con mucho cuidado la aguja acostada sobre éste. Luego el papel se irá hundiendo o lo hundimos nosotros presionándolo con un lápiz. Veremos que la aguja flota. Sin embargo esa piel se puede romper con sustancias como el jabón o los detergentes. Si agregamos lejos de la aguja unos granitos o una gota de jabón líquido (que podemos colorear) veremos que a medida que se difunde altera esa piel y la aguja se hunde. Esto es necesario en el proceso de lavado, pero cuando estos detergentes llegan a las charcas donde viven los insectos acuáticos, estos contaminantes rompen la tensión superficial y ya los insectos no pueden caminar sobre el agua y se ahogan. Igual les pasa a las aves que pierden la capa de grasa en las plumas y estas se empapan haciéndose demasiado pesadas para poder volar y mueren. |