Cromatografía de papel sobre pigmentos de tinta Otro
nombre rarísimo que como futuros
científicos tenemos que ir acostumbrándonos a escucharlo. Cromos es la otra palabra y significa color. De modo que si ya las uniste, habrás descubierto que cromatografía significa simplemente escribir con colores, algo que nos suena muy divertido, ¿Verdad? Realmente
eso es. Un científico ruso de comienzos del siglo pasado descubrió que si una
línea de tinta coloreada en un papel, se moja, la tinta se corre y a menudo
aparecen dos o más colores. Según como se hubiera fabricado esa tinta. Eso
seguramente ya lo sabes porque cuántas veces se te ha mojado un trabajo hecho con marcador y se ha corrido la tinta y el profe te ha
puesto mala nota. En realidad, no debería haberlo hecho, ya que eso fue para los científicos, que suelen ser
muy ordenados y no dejan que se les mojen sus carteleras, un gran
descubrimiento. Necesitamos algunos de nuestros frascos de compotas y papel de filtros para café o se toalla de cocina. Si no hay más puedes intentar con una hoja de papel de carta o hasta de cuaderno, pero no es lo mismo porque están cubiertas de almidón y no son porosas, pero podemos intentarlo de todos modos. Cortamos
varios rectángulos de papel de modo que
midan unos dos cm menos de la
altura y de ancho alcancen a enrollarse hasta casi la mitad del frasco que será una vez lo hayamos
tapado, nuestra cámara cromatografía.
Una vez verifiquemos que ajustan
bien con
tapa, a un cm de los bordes inferiores
de cada tira de papel, medimos un
cm y hacemos una raya con lápiz (No valen esferos ni micro puntas!)
y a dos cm del extremo y cada 2 cm marcamos pequeños puntitos donde
depositaremos las muestras. Cada tira la podemos marcar con un pequeño
número de acuerdo a la cámara cromatografía donde la vamos a correr. (¿Observan el lenguaje tan play de los
científicos?) El papel es llamado la
“Fase estacionaria” y se requiere un
líquido que hasta puede ser agua, pero ellos lo llaman la “Fase móvil”. Ahora a
preparar el “Eluyente” que es la fase
móvil, o sea el líquido que vamos a poner en cada uno de nuestros frasquitos de
compotas o sea las cámaras cromatograficas. Este no debe subir de unos 5 mm y por ningún
motivo llegar al nivel de la raya donde
están las gotas de colorante. Ahora
introducimos cada papel en el frasco
cuidando que queden derechos y la fase
móvil no toque las rayas de partida y
dejamos correr el cromatograma como
llaman a la carrera de las manchitas de tinta subiendo por el papel. Hay
que dejarlos quietos pero cuando veamos
que el frente del disolvente está casi a
un cm del borde superior del papel, lo sacamos y ponemos a secar al aire.
Inmediatamente con el lápiz se debe
hacer una rayita en el punto hasta donde
llegó el solvente. Luego observamos que quedaron un montón de manchas. Pues
bien, con el lápiz hay que marcar su
contorno y un punto donde calculamos que es el centro de la mancha. Ahora
vienen las matemáticas. Para cada mancha de un color se mide la distancia que recorrió desde el
origen hasta el centro de la mancha y esa medida la dividimos por la distancia
que recorrió el eluyente desde el origen hasta el extremo que marcamos al sacar el papel.
Bueno. Esperamos que estos experimentos te hayan divertido mientras pasa la cuarentena y luego vamos a publicar otra serie para que sigas siendo un futuro Científico.
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