MATRACES VOLUMETRICOS - Directorio y Guía de los Mejores Colegios Privados y Universidades


APARATOS DE VIDRIO PARA LABORATORIO

Características y manejo seguro de los equipos de laboratorio    mercadeodigitalofec@gmail.com 

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Balón volumétrico  50 ml Balón volumétrico 100 ml
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Matráz aforado 250 ml Fiola con tapón de vidrio  500 ml
Descripción: C:\2020\laboratorios\Fotos vidrios de laboratorio\Balón volumétrico 50 ml.jpg
 

MATRACES VOLUMETRICOS

 

Balones aforados. En algunos países les llaman fiolas.

Poseen forma de pera, con fondo plano, cuello largo donde la marca de aforo ha sido grabada con diamante, tapón hexagonal y esmerilado normalizado.

Se emplean para determinaciones exactas de volúmenes de líquidos.

 Se utilizan en química principalmente para preparar y conser­var soluciones de concentraciones conocidas. Los matraces volumétricos suministrados por BIOQUIM son altamente resistentes al ataque químico y mecánico, se aforan por métodos gravimétricos muy precisos para 20°C, tole­rancia inferior a la requerida para clase A por las normas ISO o DIN.

La sustancia químicamente pura y pulveriza­da antes de pesarla, se transfiere del pesa sustancias al matraz mediante embudo de ta­llo corto y se lava con agua destilada para reunirla toda en el matraz, luego se disuelve en poca agua (Los matraces en boro silicato  pueden calentarse a la llama directa), y se agita bien agregando agua hasta la línea de aforo.

Los últimos mililitros de agua se agregan cuidadosamente con una pipeta o mejor con un cuenta gotas  con agua destilada. Se agita bien invirtiendo completamente el  matraz de modo que la burbuja de aire llegue hasta arriba, y colocándolo derecho de nuevo. Se hace esto unas  veinte veces  para  una mezcla homogénea.  Si  el sólido es difícil de disolver, se puede colocar en el agitador magnético  con una barra de teflón. Una vez preparada la solución, se mantiene tapado para evitar pérdidas por evaporación y por consiguiente cambios en la concentración.
Las soluciones  muy alcalinas pueden  hacer que se solde  el tapón, por lo que es preferible  usar tapones plásticos o de polipropileno. También se dispone  de  balones volumétricos plásticos con tapa roscable y autoclavables.
Las soluciones preparadas  es preferible almacenarlas en frascos de vidrio o plástico   ámbar  con tapa rosca para su conservación.  No deben dejarse al aire más que  lo indispensable  ya que en las soluciones de HCl el cloruro de hidrógeno se evapora fácil, lo mismo en las de amoníaco mientras en las de NaOH  el CO2 de la atmósfera  tiende a formar  bicarbonato ácido. Todos estos factores afectan  la normalidad de las soluciones y por ello deben ser  comprobadas cada  seis meses o al menos anualmente. Es posible, luego de titularlas,

Calcular la cantidad  de soluto concentrado  necesario  rectificarlas  para que recuperen su normalidad.